Hace ya mucho tiempo, un anciano vivía en una pequeña granja de un pequeño pueblo, junto con su hijo y sus animales. Un día, el caballo que tenían para arar la tierra se escapó y echó a correr hacia las montañas. Cuando un vecino se enteró de la noticia le dijo al anciano:
-Me han dicho en la taberna, que tu único caballo ha escapado... que mala suerte!
A lo que el anciano replicó:
-¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?
Unas semanas después, el caballo volvió de las montañas trayendo consigo una manada de caballos salvajes. Cuando un vecino se enteró de la noticia le dijo al anciano:
-Me han dicho en la taberna, que tu único caballo ha vuelto con una manada de caballos salvajes... qué buena suerte!
A lo que el anciano replicó:
-¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?
El hijo del anciano, cuando vio llegar a los caballos salvajes, les abrió la cuadra y decidió domar a uno. Tras unas semanas de doma se dispuso a montarlo, después de unas horas trotando con él calló y se rompió una pierna. Cuando un vecino se enteró de la noticia le dijo al anciano:
-Me han dicho en la taberna, que tu único hijo se ha roto una pierna intentando domar a uno de los caballos salvajes... que mala suerte!
A lo que el anciano replicó:
-¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?
Unas semanas más tarde, el ejercito vino con el fin de llevarse a los jóvenes del pueblo para reclutarlos, al ver al hijo del anciano con la pierna rota le dejaron tranquilo. ..
Esto que os he puesto aquí, es un antiguo proverbio chino, el cuál me he dado el lujo de editar un poco... En la vida se abrirán muchas puertas y se cerrarán otras, a ratos nos parecerán las cosas injustas, pero tenemos que aprender que el mundo sigue girando y nunca sabremos lo que hay más allá del ahora. ¿Habría sido buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?
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